Fotografiar un concierto es preservar la energía irrepetible de ese encuentro entre músicos y público. Es convertir el sonido en memoria visual, para que la emoción de esa noche siga viva mucho después del último acorde.

música clásica
Observar con atención y disparar con el alma, esperando ese instante en que la emoción se dibuja en el gesto del músico, en el temblor de un arco, en la pausa de una nota sostenida.

benéfico
Cada imagen guarda no solo arte, sino también esperanza y compromiso. Son capturas del latido de una causa hecha melodía, la música al servicio de la solidariedad.

flamenco
Fotografiar un concierto de música flamenca es captar la pasión en estado puro: el quejío del cantaor, la fuerza del baile, el alma en las manos del guitarrista. Es congelar el duende en un instante de luz y emoción.