
Actuar como fotógrafa en Pasión y Triunfo ha sido mucho más que capturar imágenes: ha sido acompañar con la mirada el latido profundo de una comunidad que revive, con fe y emoción, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Cada instante tras el objetivo ha sido un encuentro con la devoción, la entrega de los actores, y la solemnidad que envuelve cada escena en el corazón de la la Casa Hermandad del Edificio Vera-Cruz.
En este teatro efímero, levantado por manos generosas, he sentido cómo el arte y la fe se funden en cada gesto, en cada silencio.
Fotografiar ese espectáculo ha sido honrar con luz y encuadre un mensaje que trasciende lo visual: el triunfo del amor y la esperanza.
Es un privilegio inmenso haber sido testigo de esta representación, y más aún, haberla podido narrar a través de imágenes.








